A los 25 años, tuve que dejar mi país de origen. Llegué a México con una maleta, una visa de quince días y $1,200 pesos en la cartera. Eso era todo lo que tenía para volver a empezar.
Viví momentos difíciles de dolor, soledad y oscuridad que me enseñaron que lo más importante que tenía eran mis aprendizajes, mis emociones y las causas que defiendo y por las que trabajo.
Descubrí que soy una mujer apasionada y activa que ama la vida. Me di cuenta que podía ser y hacer cualquier cosa que me propusiera.
Mi punto de partida fue la pasión infinita y el amor que me mueve a hacer que las cosas sucedan.
Soy una mujer que vive por un propósito superior/se emociona con el propósito. CREO QUE Es tiempo de dejar huella y trabajar para hacer de éste un mejor mundo.
Te invito a conocerme.